Lorente y Ferrer Asesores-Consultores-Analistas Políticos

La Democracia representativa occidental es la forma más civilizada de régimen político conocido. Pero en estos tiempos de globalización (caracterizados por la crisis fiscal de los estados y por la preeminencia de la lucha económica entra las naciones del planeta y la cada vez más compleja gobernanza que requiere de mayor número de personal técnico alrededor del/la político/a para tomar las decisiones correctas), temo que se terminará por introducir cambios en los poderes políticos tradicionales, en especial en el ejecutivo y legislativo. Existen muchas probabilidades de que nuestras democracias vayan derivando hacia poderes ejecutivos más reforzados, incluso con poder de veto sobre los parlamentos, hacia regímenes presidencialistas. La globalización sin duda recortará protagonismo al poder legislativo en favor de un ejecutivo más fuerte. Entonces, ¿cómo reestablecer el equilibrio de poderes?, ¿cómo frenar esta deriva tecnocrática?, ¿quién va a controlar realmente al poder? Estoy convencido que serán los medios de comunicación del futuro próximo; independientes, profesionales, honestos y veraces, es decir, con autonomía financiera y separados por una parte, del poder ejecutivo, legislativo y judicial, y por otra de los grupos económicos y sociales de presión, tanto internos como externos.

Muchos de los actuales medios, por no decir la inmensa mayoría, tanto formales como informales, tanto cabeceras de prestigio como blogs o foros de internet de libre acceso, o si contrastan o no las informaciones, no son válidos para ejercer el control sobre el ejecutivo del mañana. Pues no son portadores neutros y desintereados de opiniones, sino que cada uno intenta influir en la opinión pública, "creando opinión". Ya no tienen nada que ver con la prensa que contribuyó a la caída del Antiguo Régimen en Francia a finales del siglo XVIII y que Burke calificó como el Cuarto Poder, pues fue fundamental para la consolidación de la Revolución Francesa.